Un equipo de investigadores filipinos descubrió una bacteria capaz de "comer" plástico en un manantial hiperalcalino de la provincia de Zambales, al norte de Manila, lo que abre un camino hacia posibles soluciones al problema global de la polución plástica.
Biólogos del campus de la Universidad de Filipinas en la ciudad de Baguio descubrieron cuatro cepas de bacterias que son capaces de biodegradar el polietileno de baja densidad (PEBD), que se usa en bolsas de plástico, envoltorios o envoltorios de jabón.
El estudio indicó que este descubrimiento puede abrir la puerta a nuevas soluciones para reducir los residuos sólidos que se acumulan en ambientes naturales.
Un informe reciente elaborado por el movimiento "Free from Plastic", que integran organizaciones medioambientales como Greenpeace, GAIA o Zero Waste, reveló que el 80 % de los 8.300 millones de toneladas métricas de plástico producidas desde 1950 todavía perdura en el medio ambiente.
Estaban a cargo del estudio, realizado el año pasado, los investigadores Denisse Yans de la Torre, Lee de los Santos, Mari Louise Reyes y Ronan Baculi, informa hoy el diario filipino Philstar.
La investigación reveló que algunas cepas bacterianas recolectadas en las grietas de las rocas del manantial Poon Bato, en la provincia de Zambales, son capaces de degradar el PEBD, cuya descomposición es extremadamente difícil en condiciones normales.
El estudio mostró cómo cuatro de las nueve bacterias que fueron aisladas redujeron significativamente el PEBD, plástico de la familia de los polímero olefínicos, durante el periodo de incubación de 90 días.
Después de "comerse" el plástico, las bacterias producen subproductos que son inocuos para el medio ambiente, según los investigadores.
Salud
"Los resultados revelaron cambios en la estructura física y en la composición química de las películas plásticas, (...) además de la evidente disminución del peso de las películas ", dijo la oficina del vicepresidente de asuntos académicos de la Universidad de Filipinas en un resumen del estudio.
Los investigadores señalaron que la capacidad de degradación del PEBD mediante esas cepas bacterianas puede deberse a las condiciones extremas en las que se hallaban, particularmente al ambiente hiperalcalino del manantial, cuyas aguas contienen calcio, magnesio, sulfato, cloruro y hierro.