ARIZONA- Motivado por la esperanza y la necesidad de salir adelante, Miguel un hombre invidente de 83 años sale cada mañana hasta el puerto fronterizo de Nogales, Sonora a tocar su piano buscando llevar el sustento a su hogar.
“De puro oído, yo nunca estudié música, ni nada… nomás pues me fui buscando, le fui buscando, y Dios me ayudo a desarrollar esto”, explica Miguel Garcia, persona invidente.
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Desde hace más de 20 años su piano ameniza las calles de la frontera de Nogales. Diario se instala en el cruce peatonal del puerto fronterizo de la ciudad.
“Las personas me ayudan, unos con poquito, otros con algo más o menos y es del modo que sobrevivimos”.
Miguel es invidente tiene 83 años, es originario de Jalisco y asegura llegó al norte de Sonora después de conocer a su esposa, quien también es invidente.
“Ella me trajo para acá y pues aquí nos casamos y aquí vivimos”.
Desde entonces busca salir adelante por ambos, sin importar su edad, el clima o la hora, el instala su piano y con melodías como “A mi manera” del histórico Vicente Fernández, intenta ganarse el apoyo de quienes caminan.
“De ahí depende mi familia y yo”.
Son decenas las personas que acuden a las inmediaciones de las garitas para de una u otra manera trabajar, la mayoría adultos mayores, migrantes o familias enteras que aseguran no encontrar mejores oportunidades de empleo, pero que buscan llevar el sustento a casa.
