Haciendo honor a los extraños servicios fúnebres que se han realizado en Puerto Rico, como el de un muerto de pie, o en motocicleta… ahora el turno le tocó a un perro. "El que tenga una mascota que la cuide, pues es parte de la familia", dijo entre llanto Eusebio Carrasco, quien dijo que el de Brownie fue un "funeral con todos los honores". Así, Brownie murió, su padre adoptivo lo veló como a un humano, y ahora el dueño puede ser multado por no atender los requerimientos sanitarios. El velatorio terminó con otra mala noticia, pues la autoridades posiblemente multarán al dueño del perro, con 5,000 dólares, por no embalsamar el cadáver y en general por no cumplir con los permisos de sanidad. Sin embargo, Carrasco, quien también es dueño de la funeraria, dijo que creará una instalaciones para velatorios de mascotas con precios entre $1,500 y $2,000.
