Por fe y coaliciones, agenda progresista es una quimera

Los candidatos a la Presidencia optan por el silencio ante temas polémicos.

La fe de los candidatos, las coaliciones de partidos con ideologías dispares y la polarización en temas progresistas como el matrimonio homosexual o los derechos sexuales y reproductivos han llevado a los aspirantes presidenciales al silencio o al conservadurismo, en un afán de ganar votos.

"No ha quedado muy clara la posición de los candidatos en estos temas que en principio suelen ser tópicos que polarizan. (...) Y las coaliciones que han hecho, de facto o formales entre partidos, parecen hacer inviable una agenda progresista", afirmó el politólogo Khemvirg Puente.

Para el coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ninguno de los cuatro presidenciables se va a "arriesgar" con una agenda progresista, y en ello también influyen sus propias creencias religiosas.

Según el investigador político Ulises Flores, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), falta una agenda progresista por el respaldo de instituciones con toques religiosos a los partidos, y las raíces en agrupaciones como el conservador Partido Acción Nacional (PAN).

Incluso el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza las encuestas rumbo a los comicios del 1 de julio, permanece prácticamente mudo desde el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), en alianza con Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social, este último con supuestas raíces evangélicas.

"López Obrador tiene una influencia religiosa en sus postulados en campaña, como es la cuestión del 'amor y paz', propio del cristianismo", apuntó Flores.

"¿Aborto, matrimonio igualitario, adopción entre parejas del mismo sexo?", le preguntó recientemente una periodista. "Consulta a los ciudadanos", replicó el líder de Morena, partido que tiene su propia Secretaría de la Diversidad Sexual.

En México, la Suprema Corte declaró en 2016 inconstitucional las leyes estatales que prohíben el matrimonio homosexual, y el aborto es legal en Ciudad de México, mientras en la mayoría de estados las legislaciones contemplan varios supuestos para interrumpir el embarazo. La mayoría de candidatos apuestan por apegarse a la ley.

"El tema de la protección de las minorías toca a las Cortes y a las legislaturas locales, y mal haríamos en politizarlos", dijo en una entrevista el candidato del oficialismo, José Antonio Meade.

Aspirante por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (NA), Meade es católico y arrancó campaña el 1 de abril, dos días más tarde del inicio oficial, "en respeto a las tradiciones y la fe" por Semana Santa.

La independiente Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) del PAN, es también muy devota. De hecho, de joven incluso se planteó ser monja. A fines de febrero, antes de ser oficialmente candidata, dijo que en su equipo "hay mujeres, hombres, y hay homosexuales", ganándose muchas mofas en internet.

Sostuvo que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, aunque como abogada respeta la ley. Sobre el aborto, se mostró "a favor totalmente de la vida".

Ricardo Anaya, candidato del PAN en alianza con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano, apenas ha hablado del tema, aunque ha asegurado que rechaza la discriminación.

Por la aparente falta de pluralismo, hoy existe preocupación entre progresistas en estos comicios donde también se eligen diputados, senadores y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, entre más de 3,400 cargos públicos.

Por ello se crearon iniciativas como la Coalición Mexicana LGBTTTI+, con unos 200 activistas de 29 estados, que busca incidir en los comicios y presentó una agenda política propia, de 78 puntos.

Para Genaro Lozano, integrante de LGBTTTI+ y profesor de la Universidad Iberoamericana, este conservadurismo en política se debe al intento fallido del presidente Enrique Peña Nieto en 2016 de reformar la Constitución para contemplar el matrimonio igualitario.

Ello detonó multitudinarias marchas del Frente Nacional por la Familia. "Esto tiene (a los políticos) pensando que este país es más conservador de lo que creen", apuntó Lozano.

La máxima expresión del arrebato conservador lo expresa el candidato del PRI a la alcaldía de la capital mexicana, tradicionalmente de izquierdas. Mikel Arriola ha propuesto consultar desde el aborto al matrimonio igualitario, legalizados desde hace una década en la capital.

Pese al cariz, o el silencio, que ha tomado la campaña electoral en estos temas, los expertos consultados no descartan que en el próximo mandato se den avances progresistas.

Los aliados y el escenario político puede cambiar, y, sobre todo, influirá la configuración del Congreso.

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