Aplausos y llanto en el último informe de Peña Nieto

El presidente admite la incapacidad de su gobierno para llevar paz a los mexicanos.

MÉXICO- Entre aplausos, sonrisas y lágrimas, el presidente de México ofreció un discurso que más que ser un informe de labores, fue un adiós.

"Ha sido el más alto honor de mi vida servir a México", aseguró Enrique Peña Nieto.

En el patio central de Palacio Nacional, Peña Nieto agradeció el lunes a su familia, a su gabinete y la gente que lo apoyó, y resaltó los logros realizados en sus gobiern. 

"Las reformas estructurales son, sin duda, lo más trascendental de esta administración y nuestra mayor aportación al futuro desarrollo del país", defendió. 

Entre el apoyo de cientos de sus invitados, el mandatario aseguró que dejará un país más fuerte y estable, y reconoció una de sus más grandes fallas. 

"No logré recuperar la paz", admitió. 

Afuera, los gritos se mezclaron entre quienes iban a apoyar y quienes fueron a protestar. 

En las calles, la gente no dejaba de hablar de lo que pasaba dentro de Palacio Nacional y sobre todo de calificar el desempeño de Peña Nieto durante su gobierno. 

Desde el estado de Hidalgo, un grupo de campesinos llegó para contrarrestar las frases del gobernante, sobre todo aquella con la que aseguró que 2 millones de personas salieron de la pobreza extrema. 

"Un poco pésimo, en lugar de mejorar, nos empeoró", destacó Neria Vázquez, campesina de Hidalgo.

"Mejor no hablamos, mejor nos ilusionamos con el que viene", invió Luisa Neri, campesina de Hidalgo. 

Entre ellos que eran mayoría, estaba don Jorge Camargo, priista de corazón y enérgico defensor de Peña Nieto. 

"Ha hecho lo mejor, lo que ha podido", defendía Camargo. 

Y con esa misma tranquilidad, el jefe del Ejecutivo dio la mano y abrazó a quienes lo acompañaron, sabiendo que su labor, ya concluyó.

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