Maestros radicalizan protestas para liberar a líderes

Tras marchar en ciudades de varios estados, los profesores colapsaron el tráfico en la capital mexicana.

Marcharon y gritaron exigiendo la liberacion de su líderes, pero antes ya habían convertido en escenarios de guerra las calles de Oaxaca y de otros estados.

Los maestros, lejos de las aulas, demostraron su experiencia en la formación de barricadas, prendieron fogatas e incendiaron inmuebles. Sin embargo, esas manifestaciones no quedaron ahí.

Así llegaron al Paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la Ciudad de México, y en compañía de sindicatos, organizaciones sociales, campesinas y estudiantes marcharon el martes desde el Ángel de la Independencia al Antimonumento a los 43 de Ayotzinapa.

Anunciaron que radicalizarían sus protestas y lo cumplieron, aunque su objetivo aún está lejano: las autoridades no aceptan liberar a dos de los líderes de la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, Rubén Núñez y Francisco Villaobos.

Según algunos de los participantes en las marchas y protestas, ellos son incondicionales de sus líderes porque confían en ellos. 

La Procuraduria General de la República encarceló al secretario de la sección 22 y al jefe de organización bajo cargos de lavado de dinero, desvío de recursos, intento de homicidio y robo.

Además, busca procesar a otros 24 miembros de ese movimiento sindical que se opone a la reforma educativo bajo cargos de que habrían ayudado a desviar casi 7 millones de dólares.

Las detenciones no solo fueron criticadas por los profesores; Andrés Manuel López Obrador, el más conocido líder de la izquierda en el país, salió en defensa de los dirigentes magisteriales, pese a que le generó una avalancha de críticas.

Y los maestros insistieron en que continuarán con la defensa de sus líderes presos, aunque ello signifique trasladarse hasta la Ciudad de México. 

Las protestas, que incluyen marchas hacia la capital de Oaxaca, también les permite conmemorar el intento de desalojo de su plantón en el zócalo de esa ciudad hace 10 años.

El gobierno mexicano descartó que las órdenes de aprehensión contra los supuestos involucrados en los delitos de lavado de dinero sean una persecución originada por su oposición a la reforma educativa.

"La Procuraduría General de la República no hace política", aseguran los funcionarios de la fiscalía ante las críticas.

No obstante, para los trabajadores de la educación todo se trata de una cacería de brujas contra ellas.

"Son artimañas que el gobierno hace cuando quiere perjudicar a unos cuantos", dice uno de los maestros.

"Las acusaciones son inventadas para justificar porque los tienen encarcelados", asegura Juan García, de la comisión política de la Sección 22 de la CNTE.

Los inconformes se niegan a regresar a los salones de clases y aseguran a las autoridades que si tratan de detener a uno de ellos, tendrán que llevárselos a todos.

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