Ejército mexicano se reinventa y crea armas poderosas

México pasa por una crisis de violencia que parece imparable y, ante ello, el ejército mexicano se reinventa para realizar sus actividades diarias, con armas poderosas que estarán a disposición de altos mandos de las fuerzas armadas.

Como parte de esa estrategia, el soldado empuña el arma, apunta y dispara una y otra vez , como lo haría en un escenario real en donde su vida corriera peligro frente a los delincuentes.

Las balas llenan el ambiente en tan solo segundos, como se espera de la que es considerada el arma más potente con la que contarán los generales, jefes y oficiales del ejército mexicano.

"Lo que tenemos aquí es un arma de reciente desarrollo denominada pistola ametralladora Xiuhcóatl 100 'pax-100'", detalla David Quintana Mora, mayor ingeniero industrial de la Secretaría de la Defensa Nacional.

La pistola fue creada en los talleres de la Sedena, indica Quintana Mora, quien es el director de desarrollo, con la idea de darle a sus activos una herramienta de vanguardia para protegerse al hacer su trabajo.

"Es un arma ligera, compacta, está hecha para el combate a corta distancia principalmente, tiene un alcance efectivo de 100 metros", dice Quintana Mora.

La "pax -100", como fue nombrada la Xiuhcóatl (serpiente de fuego en náhuatl), sustituirá poco a poco a los rifles que ese personal utiliza actualmente sus misiones.

Este rifle ha funcionado bien, dice el ingeniero militar Jesús Alberto López Carillo, pero los nuevos tiempos hicieron necesario que se renovará hasta lograr este producto.

"Cuenta también el arma con una modalidad de ráfaga y el seguro; el arma tiene una cadencia de disparo de 720 disparos por minuto y tiene un alcance máximo de 100 metros", indica López Carrillo, quien es jefe del Centro de Desarrollo de la Sedena.

El trabajo que se realiza en estos talleres del ejército tiene el objetivo de proporcionarle a sus elementos las herramientas que logren contrastar los poderosos e inagotables recursos con los que, saben, cuentan las organizaciones criminales.

De manera oficial se confirmó que en el sexenio pasado por lo menos 337 militares murieron en el combate a la delincuencia organizada y el apoyo a tareas de seguridad pública.

Y mientras continúe la violencia y la inseguridad en el país, quienes la enfrentan necesitarán estar bien armados para proteger a los mexicanos, sin tener que sacrificar su vida.

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