Adultos mayores, condenados a la pobreza

Solo 60% tiene algún tipo de pensión y debe trabajar para generar recursos.

Con movimientos lentos, Fernando Mora acomoda la mercancía en su improvisado puesto; lo hace despacio porque la enfermedad que sufre del corazón en todo momento pone su vida en riesgo. 

"Laboré 40 años en dos empresas", dice el hoy pensionado. "Y tenemos que andar trabajando todavía vendiendo cosas".

El hombre de 75 años es solo uno de miles en México que saben que morirán trabajando, porque la pensión que reciben es tan poca que ni siquiera alcanza para comer. 

"Hasta tuve que vender mi casa porque no me alcanzaba", afirma Mora.

La misma historia se repite una y otra vez a lo largo y ancho del país, los adultos mayores más afortunados reciben aunque sea algo, pero la gran mayoría tiene que salir a las calles y buscar empleos informales para cubrir sus gastos. 

"Hoy por hoy más del 60% de las personas no tiene acceso a ningún tipo de pensión, a ningún tipo de seguridad social. El 80% los mexicanos no están acostumbrados a ahorrar para su retiro", asegura María Angélica Marín, de Old Mutual, asesores de fondos de inversión. 

Marín ha estudiado este fenómeno y revela que por lo menos la mitad de las personas de 65 años deben seguir laborando, al igual que uno de cada cuatro mayores de 80 años. 

Los expertos prevén que esta brecha podría empeorar si no se toman cartas en el asunto, ya que en el 2050 México será un país viejo, con pocos niños en las calles y mucho ancianitos que atender. 

Las mujeres son una de grandes preocupaciones, ya que se ha comprobado que por lo menos un 40% de ellas llega a la vejez sin protección económica, como Gloria Ortega, que se dedicó a cuidar a hijos y a sus 79 años sigue vendiendo dulces. 

"Hay que pagar renta, agua, luz, entonces no puedo quedarme de brazos cruzados esperando a ver quién me da una ayuda", dice Ortega.

Este panorama se repite con cada generación que al trata de ayudar a sus ancianos, no puede ahorrar para proteger su futuro.

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