Una mujer del Valle tuvo un increíble regalo increíble para su cumpleaños número 100: el nacimiento de su tataranieto.
Weston Alexander Heiser nació el lunes 6 de junio, fecha en que su abuela Dorothy Martell celebraba su cumpleaños número 100.
Martell acudió el martes al hospital para conocerlo y, aunque el encuentro ocurrió horas después del nacimiento, valió la pena esa espera.
Alyssa Heiser, la madre de Weston y bisnieta de Dorothy, dijo que Weston era un rayo de sol para su bisabuela, quien ha pasado momentos difíciles.
"Ella perdió a su cuarto hijo y también estaba en duelo por otras dos muertes de la familia, lo que es normal a su edad, obviamente", dijo Alyssa. "Así que ella estaba muy feliz de cumplir años junto a este pequeño ser y celebrar la vida".
Alyssa dijo que Dorothy ha tocado muchas vidas en su siglo de vida.
"Ella es una de las personas más inspiradoras en mi vida. Hay algo muy especial en ella que todo el que la encuentra puede sentirlo. Ella está llena de alegría, de vida y tiene una fe enorme", dijo Alyssa. "Ella es la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida".
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Tan pronto como Alyssa descubrió que estaba embarazada de su primer hijo, rezó para su nacimiento coincidiera con la fecha de cumpleaños de su bisabuela.
Los médicos y enfermeras del Hospital Banner del E. Webb estaban muy conscientes de lo que estaba pasando, ya que Alyssa es una enfermera obstétrica en ese sitio.
"Todo el mundo en el hospital sabía que estábamos esperando para tenerlo en su cumpleaños, ya que es algo muy bueno", dijo Alyssa. "De momento, todo está en orden y resulta familiar para mí porque he sido capaz relacionarme con mis pacientes y el amor que sienten por sus hijos".
Aunque el trabajo de parto de Alyssa inició desde el sábado, todo se acomodó para que nacimiento ocurriera el lunes y coincidiera con el cumpleaños de Dorothy.
El jueves también celebran un aniversario Alyssa y Alex, su marido desde hace cinco años y medio. Ya que hace un año, Alyssa fue dada de alta del Hospital Del E. Webb, tras someterse a un procedimiento de fertilidad que le dejó una gran cicatriz en su vientre.
Pero 12 meses después, ella tiene dos cicatrices que se emparejan y que se traducen en el nacimiento de su bebé y su historia de vida, dijo Alex.
"Me emociona cada vez que pienso en ello", dijo Alyssa. "El solo hecho de saber que Dios nos dio este regalo diferente a cualquier otro que podamos recibir en la vida".
