ARIZONA - Cuando Benjamín Lorenzano, residente de Phoenix, comenzó a experimentar dolores en el pecho en agosto, su hija, Stephanie Lorenzano, lo llevó de inmediato al Banner Desert Medical Center, donde se determinó que estaba sufriendo un ataque al corazón. Poco después, entró en un choque cardiogénico, una condición potencialmente mortal en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre al cuerpo, lo que hizo que sus órganos vitales comenzaran a verse afectados.
“La mayoría de los pacientes no sobreviven a un choque cardiogénico”, dijo el Dr. Radha Gopalan, cardiólogo especializado en insuficiencia cardíaca y trasplante en Banner – University Medical Center Phoenix.
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Después de que los médicos en Banner Desert Medical Center estabilizaran a Benjamín, fue trasladado rápidamente a Banner – University Medical Center Phoenix, donde descubrieron que la función de su corazón era tan débil que ni siquiera podían realizar la cirugía a corazón abierto que necesitaba.
En su lugar, le colocaron stents para mejorar el flujo sanguíneo en su corazón con la esperanza de que esto ayudara a su condición. Poco tiempo después de este procedimiento medico cuando parecía estar mejorando, Benjamín sufrió nuevamente otro paro cardíaco.
Su estado se deterioró rápidamente, por lo que fue colocado en ECMO, un sistema de soporte vital para condiciones graves del corazón y los pulmones, y se le implantó la bomba cardíaca Impella que bombea sangre para el corazón, permitiéndole descansar y recuperarse. En ese momento, tras haber enfrentado dos experiencias cercanas a la muerte, los médicos le informaron a la familia de Benjamín que probablemente necesitaría un trasplante de corazón.
Sin embargo, durante su estancia de tres meses en el hospital, su condición comenzó a mejorar y la función de su corazón se recuperó. A pesar de la gravedad de su situación, Benjamín no necesitó un trasplante y ha estado recuperándose en casa desde que fue dado de alta el otoño pasado.
“Definitivamente describiría el proceso de mi papá como un milagro”, dijo Stephanie. “Pasó de necesitar un posible trasplante de corazón y tener una función cardíaca de apenas un 10%-13%, a no necesitar nada en absoluto. Pudo salir del hospital con el mismo corazón con el que ingresó, y todo parece tan irreal.”