Se agudiza la crisis en el seno de la poderosa NRA

El presidente Oliver North anunció que no va por la reelección, enfrentado con Wayne LaPierre.

Oliver North anunció el sábado que no buscará su reelección para un segundo periodo como presidente de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), y dejó en claro que había sido obligado a retirarse del cargo por la directiva de la organización después que fracasara su propio intento de destituir al director general de la NRA en una creciente división sobre las operaciones financieras y mediáticas del grupo.

“Por favor sepan que esperaba estar hoy ante ustedes como presidente de la NRA con apoyo para la reelección. Ahora me informan que eso no sucederá”, dijo North en un comunicado leído por Richard Childress, el primer vicepresidente de la organización, a miembros de la NRA durante la convención anual.

North, un teniente coronel en retiro cuyo periodo al frente de la NRA llega a su fin el lunes, no estuvo presente en la reunión, y su lugar en el escenario se quedó vacío, con un letrero con su nombre. Su comunicado fue recibido mayormente en silencio.

Wayne LaPierre, quien ha sido la imagen pública del grupo durante décadas y a quien North trató de destituir, recibió luego dos ovaciones de pie.

Fue una sorpresiva conclusión a una batalla entre dos conservadores y defensores de la Segunda Enmienda: North, el marine retirado de una apariencia seria que estuvo en el centro del escándalo Irán-Contra a mediados de la década de 1980, y LaPierre, quien ha sido puesto a prueba desde que asumió el cargo en defensa de los derechos de compra y tenencia de armas de fuego.

LaPierre ha luchado contra los desafíos que han surgido por décadas, al parecer siempre saliendo ileso. En su más reciente batalla, resistió ante North al indicar a los miembros de la junta directiva de la NRA que North había amenazado con publicar información “perjudicial” sobre él y que eso representaba un intento de “extorsión”.

Cientos de los cerca de cinco millones de miembros de la NRA llenaron el centro de convenciones de Indianápolis, donde se llevan a cabo las reuniones anuales del grupo.

Aun así, tras el final de la reunión de casi dos horas, algunos miembros se negaron a retirarse y cuestionaron a la junta sobre las polémicas en torno a su manejo financiero, la relación con su firma de relaciones públicas y los detalles que North intentó exhibir sobre el supuesto malgasto, acoso sexual y otras malas gestiones.

Pero esas interrogantes se diluyeron cuando algunos integrantes de la junta pidieron que dichas conversaciones no se realizaran en un foro público tan grande, pese a que los medios fueron retirados del recinto.

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