Iglesia dice que Clinton es instrumento del demonio

En un texto anterior, afirmaba que era “pecado mortal votar demócrata”

Los feligreses de una parroquia de San Diego, California, están molestos por unos volantes que encontraron en los boletines semanales de la iglesia, en los que se sugiere que el diablo está trabajando a través de Hillary Clinton.

Los panfletos, titulados "voto católico", hablan del demonio que está usando a Clinton para alejar a la gente de las enseñanzas de Dios.

Y no es el primer boletín controversial que afecta a la parroquia de la Inmaculada Concepción en Old Town.

Otro texto de hace dos semanas afirma que es pecado mortal votar por los demócratas.

Los mensajes parecen implicar que la candidata demócrata es satánica y que quienes voten por ella se irán al infierno.

Entre los temas que se tocan está el aborto, sobre el cual la Iglesia Católica siempre ha manifestado su oposición.

Funcionarios de la Iglesia Católica aseguran no saber de dónde salió el texto.

Sugieren que es posible que procediera de un pillo voluntario o incluso de alguien que no pertenece a la congregación.

Muchos católicos del área sienten que el artículo cruza una línea.

Anthony Crisafulli, un fiel católico, opina que "si no les gusta Hillary, está bien. Si no les gusta Trump, también. Pero que no nos digan por quién debemos votar".

Otro feligrés, Michael Alcaraz, declaró que "referirse a un candidato como el diablo o impío es una desgracia y una vergüenza para nuestra religión, nuestros sacerdotes no deberían caer en ese absurdo".

Como resultado de esta polémica, en un correo electrónico dirigido a curas y pastores, líderes de la Iglesia subrayaron su responsabilidad de no involucrarse en actividades políticas partidistas.

En otro orden de cosas, esta semana, unos desconocidos prendieron fuego a una iglesia de la comunidad negra en Greenville, Mississippi, y pintaron con aerosol el mensaje "vota Trump" en una de sus paredes exteriores, un acto que la campaña republicana condenó.

"Esto había pasado en los años 1950, había pasado en los 1960, pero estamos en 2016 y no debería pasar", dijo Errick Simmons, el alcalde de Greenville, una población con un 76% de la población negra, ubicada en el Delta del Mississippi y con un pasado esclavista vinculado a las plantaciones de algodón.

Los bomberos determinaron que el fuego, que quemó durante la noche del martes, fue intencionado y el jefe de la Policía de Greenville, Delando Wilson, explicó en rueda de prensa que se investiga como un "crimen de odio". "Percibimos el mensaje en la iglesia como intimidante", añadió.

Por tratarse de un crimen de odio el FBI colabora con las autoridades locales y estatales en esa investigación.

El templo quemado, de la Iglesia Misionera Baptista Hopewell, tiene unos 200 feligreses. "Esperamos que Dios nos permite construir otro templo en este mismo lugar", dijo el pastor de la iglesia, Carilyn Hudson.

La campaña del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, al que hacía referencia la pintada en la iglesia quemada, rechazó "de la manera más categórica" la acción. "Estamos agradecidos de que nadie haya resultado herido y urgimos a los testimonios con cualquier tipo de información a que ayuden a llevar a los responsables ante la Justicia", apuntó en un comunicado.

La quema de iglesias negras por parte de supremacistas blancos fue algo habitual en el sur de Estados Unidos en la década de los años 1960, durante la lucha del movimiento por los derechos civiles, y perduró hasta los 1990. Precisamente esta semana, un periódico vinculado al grupo racista Ku Klux Klan publicó un artículo en que alababa al aspirante republicano.

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