TEMPE- Pasar del salto al vuelo requiere de tres elementos, una fracción de segundo, fuerte ráfaga de viento y no sujetar el trampolín al piso.
Esa fue la experiencia de dos menores en Tempe que volaron por encima de una barda, mientras disfrutaban del Día de los Caídos en un trampolín.
Luego de ser arrojados por al menos a 10 pies de distancia del jardín para volar momentáneamente, sin límites y con la sensación de peligro, Gavin Reynolds y Rhode Hill cayeron en la calle, así recuerdan lo sucedido.
"Se inclinaba mucho sentíamos que realmente se está inclinando… así que solo pensé que iba a morir", recuerda Gavin Reynolds.
Reynolds resultó ileso pero Hill sufrió una fractura en el codo y se lastimo la pelvis.
El propietario de la cama elástica, Ryan Reynolds, dijo que ha tenido un trampolín durante mucho tiempo pero esta es la primera vez primera vez que vuela de esa forma.
