Paola Espinosa: La ilusión de una tercera medalla

La mexicana entrena ocho horas diarias para despedirse de los JJOO en lo más alto del podio.

MÉRIDA, México.- La clavadista mexicana Paola Espinosa llegará a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, probablemente los últimos de su vida, con 30 años y la ilusión de volverse a encaramar en un podio estival por tercera vez en su carrera.

En Beijing 2008 conquistó el bronce en la plataforma sincronizada junto a Tatiana Ortiz, y en Londres 2012 alcanzó la plata con Alejandra Orozco.

¿Será Río el ascenso final a la gloria olímpica? Desde la perspectiva de la propia Paola, sí.

Ella decidió transitar por otro ciclo cuatrienal por la propia felicidad que le reporta lanzarse al vacío y entrar de manos en el agua. Esa misma felicidad que, paradójicamente, alimenta su hambre de llegar hasta el irrealizado título olímpico.

Por eso se entrena ocho horas diarias y busca la perfección en cada uno de sus clavados. Así es como siente que todo su esfuerzo ha validado la pena y que puede alcanzar cada cosa que se proponga.

Incluso, despedirse de los Juegos Olímpicos para siempre en lo más alto del podio.  

El equipo mexicano de clavados ha decidido concentrarse en Mérida para alejarse de la palestra pública y no tener piedras en su preparación.

Esa soledad le permite aumentar el egoísmo que siente cuando se detiene al borde de la plataforma, instante en el cual no existe otra cosa en el mundo. Sólo ella misma.  

"Tal vez por el miedo o por estar tan alerta, es ahí cuando mi mente encuentra la manera más fácil de hacer las cosas", dijo Paola hace unas pocas semanas.

"He conseguido todo lo que he querido y por eso el camino hacia Río de Janeiro ha sido distinto y lo he disfrutado más. Sé qué hacer para sentirme mejor y he aprendido a apreciarlo todo".

Su madurez le permite darse cuenta de que entrenarse no sólo es realizar muchos clavados, sino que necesita descanso, alimentarse bien, masajes y terapias de recuperación, además de permanecer concentrada, sin otros compromisos.

Su mente aún no ha aterrizado en Brasil, pero no le hace falta hacerlo para saber cómo será la competencia.

"La imagino muy cerrada. El nivel subió y ya ni las favoritas chinas lo tendrán fácil. Buscaré la final y una vez allí cualquiera puede ganar una medalla. En los sincronizados seremos ocho en la final directa y nos la vamos a jugar", prometió Paola, que volverá al tanque en Río junto a Alejandra Orozco.

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