La violencia doméstica afecta millones de mujeres

La violencia doméstica, nombre que se le da a cualquier tipo de comportamiento abusivo dentro de una relación, es uno de los problemas más graves que enfrentan las sociedades. A punto de la celebración del “Día Internacional de la Mujer”, es importante recordar que aún muchas siguen siendo víctimas.

Una de cada cuatro mujeres experimentará violencia doméstica en su vida; según datos de la organización “Safe Horizon” que ayuda a víctimas de la violencia cada año una de cada tres mujeres asesinadas son víctimas de sus compañeros sentimentales.

La violencia doméstica, sin embargo es uno de los fenómenos sociales más evidentes y más difíciles de cuantificar, por sus mismas características. La gran mayoría de mujeres que son víctimas de abusos o maltratos ya sean físicos o psicológicos, ocultan su situación.

El miedo es uno de los principales componentes de este fenómeno que no solo afecta mujeres, si no también hombres, jóvenes y niños.

De acuerdo con estadísticas publicadas por la misma organización, las mujeres entre 20 y 24 años son las más propicias a convertirse en víctimas y cada año más de tres millones de niños en Estados Unidos son testigos de la violencia en sus hogares.

Los niños que viven en hogares donde la violencia está presente son a su vez –en tazas que van de un 30 a un 60 por ciento- víctimas de abuso y negligencia.

Un estudio realizado en Michigan en el 2005 encontró que los niños que están expuestos a la violencia en sus propias casas presentan mayores riesgos de tener problemas de salud, dolores frecuentas, cansancio y aletargamiento. Más del 60 por ciento de los incidentes que involucran actos de violencia doméstica ocurren en la noche y en la intimidad de los hogares y de acuerdo con el Departamento de Vivienda y Desarrollo Humano, este fenómeno es la tercera causa de que muchas familias pierdan sus casas en Estados Unidos.

Los sobrevivientes de la violencia doméstica, sufren fuertes episodios de depresión, alteraciones del sueño y ansiedad entre otros problemas emocionales.

Pero esos son los afortunados, porque son muchas las víctimas de violencia doméstica que terminan en el hospital, en la cárcel o en el cementerio.

Por eso, ante el primer asomo de comportamientos violentos, es indispensable tomar medidas. La persona que abusa una vez, lo seguirá haciendo, la que maltrata o golpea una vez, lo seguirá haciendo. Lo más importante es que las víctimas entiendan que no tienen que ser víctimas, que existe ayuda y que deben buscarla.

Para la sociedad, es de suma urgencia asumir que el problema de la violencia doméstica es un problema de todos; no solo de las víctimas.

Es hora de cambiar los estereotipos y las creencias según las cuales este problema le concierne sólo a la pareja, porque no es así, afecta a la comunidad entera, por eso, la comunidad entera debe enfrentarlo.

Si la violencia doméstica no es enfrentada como un asunto comunitario, las familias tenderán a aislarse más de lo que usualmente están cuando sufren este problema, y las niñas al crecer, tendrán más riesgos de ser abusada, y probablemente los jóvenes tendrán más tendencias a abusar. Es lo que vieron en casa.

Si eres víctima o testigo de violencia doméstica, repórtalo y dale a la víctima todo el apoyo que necesite. Puedes estarle salvando la vida.

En Estados Unidos puedes usar la línea de emergencias para violencia doméstica, llama al 800.621.HOPE, que es 800 621 4673.

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