Un mercado navideño en Montreal, Canadá, exhibe por estos días un gran árbol de Navidad que no es perfecto. Algunos podrían llamarlo feo.
Es la pieza central del pueblo Vilain Sapin, al que los organizadores han llamado la antítesis al mercado tradicional de navidad.
Para algunos, el árbol se parece al sombrero de un mago o al de un elfo; para otros se trata de un árbol con personalidad.
Philippe Pelletier, organizador del evento, dice que solo pretenden celebrar la diversidad y la imperfección.