Funeral con violencia en Jerusalén

JERUSALÉN - Cientos de personas participaron a altas horas de la noche en el funeral por la bebé de tres meses israelí atropellada ayer en Jerusalén por un palestino que arrolló a varios viandantes en una parada del tranvía. Haya Zisel Braun resultó herida de gravedad por traumatismo craneoencefálico tras el impacto del vehículo que la hizo volar varios metros antes de impactar en el suelo, informan medios locales. Su funeral se desarrolló en el cementerio Shamgar, en uno de los barrios ultra-ortodoxos de la ciudad, al que asistieron numerosos miembros de ese colectivo. El suceso se registró en las inmediaciones de una parada del tren ligero, junto a la denominada "Colina de la Munición", cuando el conductor del vehículo arrolló a gran velocidad a los viandantes que se encontraban en un lugar situado en la misma línea que marca la división entre Jerusalén Este y Oeste. El conductor del vehículo, de 21 años e identificado como Abdel Abdelrahman Shaludeh, un palestino del barrio de Silwan, en la parte oriental de la ciudad, murió al sucumbir a las heridas de fuego que le causaron agentes policiales en la zona del suceso. Otras siete personas resultaron heridas en el atropello, que según la Policía israelí, parece apuntar a que se trató de un acto premeditado.

El presidente de Israel, Reuven Rivlin, que asistió al funeral de la niña que hoy cumpliría tres meses, señaló que "toda la nación de Israel está con nosotros en estos momentos, lamentando la trágica pérdida, el asesinato y el odio que ha dañado la inocente alma de un bebé, puro y amado". Al sepelio asistieron asimismo el alcalde de la ciudad, Nir Barkat, que reveló que la bebé y su madre, también herida ayer, tienen ciudadanía estadounidense, y el rabino jefe de Jerusalén, Shlomo Amar. La Casa Blanca condenó el suceso que calificó de acto "terrorista".

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