Balaceras y muertos reflejan disputa por Sinaloa

Expertos en crimen organizado afirman que bandas disputan la plaza a los hijos del "Chapo".

En tan solo 48 horas por lo menos 10 personas resultaron muertas en balaceras entre los grupos criminales de Sinaloa y miembros de las fuerzas armadas.

El repunte de la violencia, indican los expertos, se debe a que intentan arrebatarle a los hijos del "Chapo" Guzmán el control del Cártel de Sinaloa.

Las ráfagas silenciaban el miedo de quienes se escondían tratando de que no los alcanzaran las balas.

Afuera, a bordo de dos camionetas, los tiradores disparaban una y otra vez en contra de sus enemigos.

Luego se fueron, pero los disparos continuaron por minutos que para los habitantes de Sinaloa fueron eternos.

"Se siente uno con temor o susto porque a veces se llevan a los inocentes", dice Juan Carlos, uno de los habitantes de Sinaloa.

Las imágenes de las balaceras de los últimos dos días, en Culiacán, Villa Juárez y Navolato, se difundieron a través de las redes sociales. Camionetas baleadas, muertos en las zonas habitacionales, incluida una embarazada, y el intercambio de balas a plena luz del día.

Escenas que los sinaloenses dicen no veían con tanta fuerza desde hace por lo menos 7 años.

"Todas las mañanas decimos Dios ya nos vamos y no sabemos si vamos a regresar", cuenta Noemí, habitante de Sinaloa.

Apenas la semana pasada, los gobiernos estatal y federal se reunieron para evaluar la estrategia de seguridad implementada en el estado, y concluyeron que estaba funcionando y habían disminuido el número de delitos y la violencia.

Pero no imaginaron que días después los cárteles del narcotráfico se encargarían de mostrar lo contrario.

"Las plazas de Colima y Mazatlán son muy apetecibles", dice Fred Álvarez, experto en narcotráfico.

Y es ese botín, asegura el analista, lo que provocó una rompimiento y disputa entre Iván y Alfredo, hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán y su ex aliado conocido como "El Licenciado" Damasco.

"No hay control, no hay quien mande", afirma Álvarez.

Y mientras uno de ellos no asuma el liderazgo del Cártel de Sinaloa, la guerra en las calles, anticipan los expertos, continuará.

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