ARIZONA - Como viene aconteciendo año tras año de manera ininterrumpida desde 1944, los mejores golfistas del circuito del PGA Tour desembarcan en el Valle del Sol para darle vida a una nueva edición del Waste Management Phoenix Open, torneo que a esta altura representa una auténtica tradición para nuestro territorio.
La competencia profesional tiene lugar de jueves a domingo, con el cumplimiento de cuatro recorridos a los 18 hoyos del club TPC de Scottsdale. Cabe subrayar que tras la jornada del viernes, con dos vueltas completadas, se realizará el corte clasificatorio que marginará a aquellos jugadores de peor desempeño.
En cuanto a nombres propios, los estadounidenses Bubba Watson, Brandt Snedeker y Brooks Koepka (ganador el año pasado) poseen cierto grado de favoritismo por parte de la opinión pública.
Tampoco se descarta como pretendientes al dos veces campeón J.B. Holmes (2006 y 2008) ni al exótico Rickie Fowler.
De todas maneras, todos los flashes estarán centrados en el favorito local, Phil Mickelson.
El experimentado jugador zurdo es el niño mimado del público arizonense y tiene sentido: realizó sus estudios universitarios en ASU.
Asimismo, el nacido en San Diego, California, se siente muy cómodo jugando aquí, rodeado del clamor popular. Se siente local y ha sabido volcar este factor a su favor. Sus tres títulos (1995, 2005 y 2013) son prueba irrefutable de ello.
Durante su última conquista en el 2013, el mismo equiparó el récord de la cancha que había establecido Mark Calcavecchia en 2001, totalizando 256 golpes (28 bajo el par).
La representación latinoamericana recaerá en cinco protagonistas: el joven mexicano Carlos Ortiz, el colombiano Camilo Villegas y el trío argentino compuesto por el ascendente Emiliano Grillo, el inspirado Fabián Gómez (viene de ganar en Hawái hace un par de semanas) y el impredecible Angel Cabrera, quien supo conquistar el US Open 2007 y el Masters de Augusta 2009 pero que apenas pudo festejar un título en los últimos 7 años.
Hecho el preámbulo, sólo queda contemplar, admirar y disfrutar del mejor golf del mundo enfrente de nuestras narices.
