Frente a frente Biden y Ryan

Paul Ryan gusta del ejercicio físico, de los vuelos fletados y de los Packers de Green Bay, mientras a Joe Biden le agrada viajar por tren, la política exterior y conversar mucho.

En ciertos aspectos, los dos aspirantes a la vicepresidencia estadounidense no podrían ser más diferentes. Los separan casi tres décadas en cuanto a edad, nacieron en regiones dispares del país y tienen opiniones diametralmente opuestas en el espectro político.

En otros rasgos, sin embargo, el legislador republicano de 42 años y el vicepresidente demócrata de 69 son muy parecidos. Ambos nacieron en familias católicas de barrios de clase obrera, fueron jóvenes prometedores en sus respectivos partidos y consiguieron especializarse en las interioridades del poder político en Washington.

Por encima de todo, estos dos hombres hacen cosas políticas que sus respectivos aspirantes presidenciales no pueden.

Biden -con su imagen desenfadada, una sonrisa amplia y raíces de esfuerzo en la ciudad de Scranton, en Pensilvania- es considerado más eficaz que el presidente Barack Obama para ganarse el apoyo de los electores de la clase obrera.

Ryan -aunque menos conocido fuera de su ciudad de Janesville, en Wisconsin- es el favorito en la base ultraconservadora del Partido Republicano, la cual es un grupo que duda de los méritos conservadores del aspirante presidencial republicano Mitt Romney.

En los próximos tres meses, Biden y Ryan tendrán participaciones cruciales en la contienda por la Casa Blanca, como en la recaudación de fondos de campaña, en criticar al adversario y en contribuir a ganar credibilidad en los complicados debates sobre los temas dominantes: Biden sobre política exterior y Ryan en la elaboración de presupuestos federales.

También, inevitablemente, le darán dolores de cabeza a sus jefes, como Biden lo hizo esta semana cuando dijo a simpatizantes en Virginia, incluidos cientos de negros, que los planes de Romney para el centro financiero de Wall Street los "volverían a encadenar".

De manera general, su trabajo será promover a su jefe ante los estadounidenses y despedazar al otro.

Biden suele decir que se considera el hermano mayor de Obama, al tiempo que fustiga a Romney -y ahora a Ryan- en varios puntos, como sus propuestas para reformar el programa Medicare de asistencia médica a jubilados.

Ryan, quien fue nominado el pasado fin de semana, dice que Romney acostumbra solucionar cosas y acusa a Obama de comprometer el futuro de los niños estadounidenses.

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